miércoles, 18 de abril de 2018

LA ORIENTACIÓN: ALGO MÁS QUE UN SERVICIO ESCOLAR



    La orientación educativa en Colombia posee unas bases legales y jurídicas sustentadas a través de políticas las cuales se han ido modificando a través del tiempo.

    En 1954 con el decreto 3456 del 7 de noviembre se crearon 6 institutos de estudios psicopedagógicos y de orientación profesional.

    En 1968 con el decreto 3157 recibe el nombre de orientación psicopedagógica con dependencia del bienestar educativo, con la finalidad de estudiar, analizar y proponer soluciones a los problemas y necesidades en orientación psicopedagógica en las instituciones educativas y además promover los programas de orientación.

    Con los decretos de 1962 del 20 de noviembre de 1969 y el decreto 363 del 1 de mayo de 1970 implantan la educación diversificada en los cuales contemplan los servicios de orientación y consejería escolar.

    En Julio de 1970 se llevo acabo en Medellín el primer seminario nacional de orientación y consejería.

    En 1974 con la resolución 1084 del 26 de febrero y la 2340 del 5 de Abril se crea el servicio de orientación y asesoría escolar, y sus funciones del programa y de los especialistas a los colegios dependientes del Ministerio de Educación.
El artículo 1 dice: “para ejercer una mejor presentación del servicio de orientación y asesoría escolar, los establecimientos educativos oficiales contarán con un asesor por cada 250 estudiantes.

    En 1982 con la resolución 12712 se reglamenta la orientación escolar para los niveles de educación básica y media vocacional y se asignan las funciones de los orientadores en los planteles educativos. En este mismo año con la resolución 13342 se establece las funciones de los diferentes profesionales que laboran en el servicio de orientación, resolución vigente a la fecha.

     En 1984 con el decreto 1002 se establecen los planes de estudio para los niveles de la educación reafirmando la necesidad de la orientación en estos procesos. El articulo 10 dice: “la orientación escolar debe facilitar a los estudiantes la interpretación, integración y proyección de sus experiencias en función de su desarrollo personal y social. La orientación vocacional, como parte de la orientación escolar, se debe desarrollar a través de todo el proceso educativo, facilitando al estudiante el conocimiento de sus actitudes e intereses, de las necesidades que le ofrece el medio, con el fin que pueda tomar decisiones responsables sobre su futuro”.

    En 1994 la Ley General de Educación, la Ley 115 en el articulo 1 dice que  la educación es “un proceso de formación permanente, personal, cultural y social, que se fundamenta en una concepción integral de la persona humana, de su dignidad, de sus derechos y deberes”, enfocándose en espacios donde el orientador acciona como el pleno derecho de la personalidad, la formación en el respeto a la vida y a los demás derechos humanos, la formación para facilitar la participación de todos en las decisiones, la formación en la práctica de trabajo y la formación para la promoción y preservación de la salud y la higiene.

    En el artículo 7 se rescata la importancia de la familia en el desarrollo del educando y su obligación de “buscar y recibir orientación sobre la educación de los hijos”.

    En el artículo 13 con los objetivos comunes a todos los niveles de educación se hace referencia al fomento y formación de un ser integral para la comunidad y la obligación de prestar el servicio de orientación como lo dice en el literal F: “desarrollar acciones de orientación escolar, profesional y ocupacional”.

    En el artículo 92 hace referencia al desarrollo integral del educando encaminado por el PEI (Proyecto Educativo Institucional).

    En el decreto 1860 en su artículo 40 se reglamenta que “en todos los establecimientos educativos se prestara un servicio de orientación estudiantil, que tendrá como objeto general el de contribuir al pleno desarrollo de la personalidad de los educandos”.

    En 1995 con la resolución 1003, en Bogotá los centros de diagnostico y tratamiento fueron transformados para organizar el “programa de orientación estudiantil en la educación básica primaria. Aquí se entiende la orientación como: “el conjunto de acciones pedagógicas y terapéuticas dirigidas a la prevención, investigación y atención directa desarrollada por los docentes y profesionales especializados, dirigidas a intervenir el contexto educativo…”

    El 23 de Agosto de 2002 con el decreto 1850, en el artículo 6 dice “todos los directivos docentes y los docentes deben brindar orientación a sus estudiantes, en forma grupal o individual, con el propósito de contribuir a su formación integral, sin que la dirección de grupo implique para el docente en educación básica secundaria y educación media una disminución de su asignación académica de 22 horas efectivas semanales. No obstante, para apoyar el servicio de orientación estudiantil, en cumplimiento del artículo 40 del decreto 1860 de 1994 las entidades territoriales certificadas podrán asignar orientadores escolar a las instituciones educativas según con los criterios que defina el MEN”.

    En el parágrafo 2 dice: “los orientadores escolares cumplirán sus funciones de apoyo al servicio de orientación estudiantil conforme al horario que le asigne el rector, el cual será como mínimo de 8 horas diarias en el establecimiento educativo”.

   En respuesta a esto en  Abril de 2005 la Mesa de Trabajo de Orientación escolar realizó un documento que tituló: “La orientación escolar y la política de infancia en Bogotá D.C”, en el cual definen la orientación escolar en primaria como “el conjunto de acciones pedagógicas y terapéuticas desarrolladas por los docentes profesionales especializados, dirigidas a desarrolladas por los docentes profesionales especializados, dirigidas a atender, prevenir e investigar las necesidades educativas especiales de alumnos y alumnas en el contexto del proceso educativo de las instituciones”.
     El 23 de Octubre de 2.017, la Ministra de Educación: Yaneth Giha, emite la Directiva 50, dando orientaciones sobre horarios, funciones y otras disposiciones para los Docentes Orientadores:














A dicha Directriz, los Orientadores realizaron el siguiente escrito mostrando su desacuerdo debido a que la Directriz no da respuesta a sus necesidades:

“El día de ayer cómo es de su conocimiento, se publicó  la Directiva No. 50, que  desconoce y desvirtúa los acuerdos suscritos.

Frente a esta directiva los Orientadores y Orientadora, como directos implicados y afectados, queremos poner en su conocimiento los siguientes aspectos que puntualmente nos inquietan ya que pueden generar confusión, malos entendidos, luchas de poder y hasta abuso de autoridad por parte de algunos Rectores, afectando negativamente el clima escolar:

La base de la directiva está en el decreto 1850 de Agosto 13 de 2002, fundamentando el 1075 y los dos le dan  soporte a la Resolución 15683. El MEN no se sale de ese marco, por eso la lucha debe apostarle a derogar la Ley 715 y/o el Decreto 1850 ya demandado y declarado exequible, teniendo en cuenta que está va en contra de la OIT, ya que está manifiesta que la jornada laboral del trabajador es de MÁXIMO 8 horas y no como se exige en el Decreto 1850, que para nosotros los Docentes Orientadores debe ser de MÍNIMO 8 horas dentro del colegio, atentando contra nuestros derechos como trabajadores,  además  de ir en contra del derecho de la igualdad al compararse  con la jornada laboral de los Docentes de Aula.

Se hace necesario en aras de la justa lucha  recordar el marco histórico en el que se estableció  el decreto 1850, el cual se generó en un momento en el que se intentaba reducir la planta de personal del magisterio que llamaron  "racionalización", con lo cual se pensaba bajar costos a la educación, como siempre buscando invertir menos en educación; motivo por el cual las y los orientadores ejercimos presión y peleamos porque no se nos "desapareciera", aunque muchos decidieron pasar  a trabajar en aula (existen testimonios y escritos de quienes estuvimos presentes en esta organización en Bogotá D.C. principalmente y otros sitios de Colombia).

Por tal motivo en el Decreto 1850 de 2002, se presentaron dos puntos en contra de nuestro ejercicio profesional:

El primero, fue asignarnos un horario de 8 horas "presenciales",   sin tener en cuenta bonificación o pago adicional como sí lo hicieron con coordinadores y rectores más adelante, (este hecho motivó que un buen número de orientadoras se fueran a trabajar a aula, ya que debido a los sueldos bajos venían trabajando en dos instituciones). Es de anotar que veníamos trabajando 6 horas presenciales igual que las y los docentes de aula.

El segundo, fue pretender que nuestras funciones fueran ejercidas por cualquier docente, con el fin de asegurarse la futura extinción de la orientación escolar, cosa que a nuestro parecer es un exabrupto, puesto que las orientadoras por ejemplo, no podríamos ejercer como docentes de Español, Matemáticas, Sociales... considerando que por manejar algunos temas, estamos capacitadas para hacerlo sin más. En este sentido se han cometido errores en la educación, al abrir convocatorias para que cualquier profesional ejerciera el rol del Orientador,  lo cual ya se ha documentado ha sido un fracaso.

La directiva contradice la resolución 15683 de 2016 donde se asignan nuestras funciones y las profesiones avaladas para ejercer la orientación escolar, en ningún momento aparecen profesiones como licenciaturas en matemáticas, biología, física y matemáticas, Educación física, etc.

Debido a este Decreto 1850, se empezó a   desconocer  nuestro ejercicio profesional, a tal punto que en la mayoría de convocatorias ni siquiera nos nombraban, pero al mismo tiempo iniciamos nuestra lucha por el reconocimiento de nuestra profesión y el trabajo de 6 horas presenciales en aras también de la igualdad, pues orientadoras y orientadores somos docentes que optamos por carreras de ciencias humanas específicas para realizar este trabajo en óptimas condiciones.

Por otra parte, muchas orientadoras y orientadores, no hemos tenido problemas con el horario pues existen rectores que como colegas y no "jefes" entienden nuestra situación y se ha venido trabajando de manera armoniosa mitigando el estrés que genera nuestro trabajo, atendiendo mediaciones como la carta de Abel Rodríguez, carta sensata sabiendo que el cambio de la ley nos llevaría mucho tiempo y es que hoy 15 años después no ha habido voluntad política para reformarla, antes por el contrario, la quieren aplicar al pie de la letra, cosa que nos parece desconsiderada con el ejercicio profesional de la orientación escolar en estas épocas tan duras para las familias con que trabajamos y nuestras propias familias.

Vemos  que la motivación del momento histórico actual de exigir las 8 horas va en vía de implementar la jornada única, pero esta exige invertir más en educación y no a costa de nuestro trabajo, el cual debe ser valorado.

2. Consideramos indispensable que se eliminé el término “mínimo” 6 horas que se expone en el numeral 4, ya que este término puede dar lugar a que algunos Rectores manifiesten que la directriz estipula que es mínimo 6 horas, pero que ellos pueden exigir el tiempo que desean amparándose en el decreto 1850 el cual no ha sido derogado y exige la presencia de los Orientadores mínimo 8 horas en el colegio.

3. Teniendo en cuenta que ya se aclara las 6 horas presenciales en la institución de los Orientadores, es necesario que se modifique la normatividad que no permite que los Orientadores hagamos horas extras.

4. Es importante redactar mejor el punto 5 ya que no es comprensible y se presta para múltiples interpretaciones. Proponemos que para que exista una mejor comprensión y aplicación  se redacte así:


Los rectores, en cuyos colegios no tengan Orientadores u Orientadoras,  podrán mirar en su planta de personal, los perfiles que están en  las normas citadas y pasarle a la Secretaría de Educación una   propuesta de horas extras para   ese fin. Si les aprueban horas extras. Ejemplo: un psicólogo que es docente de Ética, religión u otra área puede ser candidato. Si es licenciado en Educación Religiosa no puede asumir horas extras en Orientación, salvo que tenga postgrado en Orientación. En el Decreto están los perfiles. 

También, los rectores podrían contratar horas extras de docentes para que apoyen la labor del Orientador y éste pueda alcanzar las metas propuestas, ya que aún no se ha logrado que se respete el parámetro de 250 estudiantes por Orientador y la labor del Orientador es más demandante en la actualidad teniendo en cuenta las diversas problemáticas, lo que hace que aunque se esfuerce no logré cubrir todas las demandas que se exigen de su servicio.

5. Sugerimos que dentro de las 2 horas  no presenciales en la Institución, se realicen  reuniones de equipos de trabajo por UPZ (Unidades de Planeamiento Zonal) para apoyarnos entre colegios de las iniciativas y propuestas del plan local, hasta ahora lograr salir para esas reuniones siempre ha sido muy complicado.

Es necesario modificar los PEL (Proyecto Educativo Local) e introducir temas de interinstitucionalidad en la Orientación.

6. En la directriz no se menciona, pero teniendo en cuenta la labor de los Orientadores es indispensable que se mencionen planes de prevención y atención a la Salud Mental del mismo, teniendo en cuenta el alto riesgo que su labor le genera.

7. Es importante realizar trabajo de sensibilización con los Rectores, para que se desacostumbre sin causar malestar,  respecto a funciones de gestión administrativa que de buena fe se asumieron, pero que no son principales ni sustanciales ni se inscriban en el objetivo general de la Orientación estudiantil, contenido en el Art. 40 del Decreto 1860. 

Además es estrictamente necesario que en la directriz también se especifique que la labor de repartir refrigerios no hace parte de las funciones del Orientador, ni de ningún Docente ya que su contratación es para ejercer labores pedagógicas, por esta razón se hace indispensable contratar una figura dentro de las Instituciones que se encargue de la distribución de los refrigerios y del apoyo en los comedores a fin de no sobrecargar a ningún Docente en su labor y además evitar caer en el delito de peculado por función.

Finalmente, necesaria la sensibilización y concienciación por parte de la SED hacia el Rector sobre las 6 horas adentro. 

Agradecemos su atención y todo el apoyo que puedan darnos frente a las necesarias modificaciones que se puedan realizar a la Directiva, en la búsqueda que a futuro se convierta en una resolución que reivindique la labor de los Orientadores.


Cordialmente:


Orientadores y Orientadoras SED. “


      En la actualidad, las redes locales, la mesa distrital,  los Congresos de Orientadores, la Red Distrital de Docentes Orientadores/as Investigadores OrientaReddi y la Revista Latinoamericana de Investigación OrientAcción,  han socializado experiencias en cuanto al trabajo real interno que hace cada orientador y orientadora  dentro de las instituciones educativas distritales, esto ha proporcionado la posibilidad de reflexionar sobre su quehacer, la importancia del trabajo intra, inter – institucional e intersectorial y el  rol que estos profesionales han venido desempeñando en el pasado y en el presente, al igual que la búsqueda del reconocimiento de los derechos de los Orientadores.

     Además la Universidad Pedagógica Nacional, siendo una institución encargada de la formación de licenciados en educación, cuenta con “la investigación como un eje articulador de las acciones pedagógicas y en el espacio de cualificación del sujeto, tanto desde el punto de vista individual como colectivo en la producción de conocimiento desde la diversidad de las prácticas educativas contemporáneas”, por ello las investigaciones están enfocadas en reflexionar, problematizar, intervenir y transformar las realidades educativas y pedagógicas de los contextos los cuales proporcionan cambios sociales históricos; sin embargo el departamento de Psicopedagogía encargado de formar a los futuros Orientadores ha cambiado su enfoque desapareciendo la Licenciatura en Psicología y Pedagogía reorientándolo en un enfoque especifico como lo es la Licenciatura en Pedagogía y la formación en Orientación se prestara como una especialización.















     En la actualidad, en  el contexto colombiano de la orientación educativa se comparte la orientación grupal con los maestros directores de grupo (Decreto 1850/02), hay nuevas disposiciones para los orientadores en las instituciones (Decreto 3020/02), y ya no se entiende la orientación como un trabajo individual de oficina, sino como una labor interdisciplinar que puede dar alternativas de solución a problemáticas al interior de cada institución escolar (Campo Elías Burgos, 1985).


     En estos momentos,  los servicios de orientación escolar, están avocados a construir sus prácticas pedagógicas  a partir de situaciones como: Inadecuados patrones de crianza por parte de la familia, conflictos en el ambiente escolar, la influencia de los mass medias y el bajo ingreso per cápita familiar (falta de equidad social).

    Anteriormente, los niños tenían la posibilidad de crecer en familias extensas, y esto facilitaba que ellos contaran posiblemente con mejor y mayor cuidado, y por ende tuvieran un desarrollo adecuado de su personalidad, alcanzando una sana madurez. Sin embargo hoy en día, diversos factores contribuyen a que los niños estén creciendo en ambientes de conflicto y estrés. Entre ellos, que  los  patrones de crianza con los que están siendo formados, no se ajusten a los procesos de socialización y convivencia que se hacen necesarios en un mundo cambiante, en el  cual los padres comparten menos tiempo con sus hijos y en especial las madres que han tenido que salir de casa a trabajar (doblándose entre jornada laboral y doméstica) , teniendo que someterse al modelo capitalista para subsistir  en la sociedad; enseñando a sus hijos en ocasiones de forma inconsciente, que el mayor valor que se puede y se debe adquirir en esta vida es el dinero, sin importar las acciones que se asuman para conseguirlo.

    Por otro lado, los conflictos que enfrentan los infantes al ingresar a la escuela, donde se les demanda valores tales como el amor, respeto, tolerancia, entre otros, entran en conflictos con algunos hogares donde dichos valores no se practican en lo cotidiano  y además  irónicamente en ocasiones tampoco los reciben en la práctica aunque si en la teoría de algunos maestros que los demandan de ellos. Además, la convivencia con sus compañeros, aunque aporta en el desarrollo de su personalidad, en ocasiones se ve alterada por el matoneo, al que ya muchos se han acostumbrado, al interiorizar la violencia que recibe de los diferentes contextos en que se desarrollan, y que ha terminado por asimilarse a los imaginarios que hacen parte de la cotidianidad de sus vidas.

    Otro factor que contribuye a dicha problemática, es que la escuela es un modelo a escala de la sociedad, afectada por políticas neoliberales  que desde el Estado, apuntan a la homogenización, visibilizando  a los niños como iguales independiente de sus condiciones y contextos, preocupándose exclusivamente de capacitar para  el mundo del trabajo ( sin tener en cuenta individualidades ni vocacionalidades) lejos de formar para que hagan parte de una sociedad de conocimiento, desconociendo dimensiones indispensables para la formación de futuros ciudadanos globales, comprometidos y participes de las transformaciones  sociales.

     Es así que  una  institucionalización descontextualizada, por ejemplo: normas de promoción y evaluación (Decreto 230), originan un estado de desesperanza en la escuela, por un lado, los estudiantes que no encuentran motivación en el aprender  y promoverse académicamente, ya que estudiar o no estudiar desde las concepciones de los estudiantes no tiene sentido si “igual se va a pasar”. Por otro lado los maestros que preparan y  organizan  su clase se enfrentan a la desmotivación y falta de compromiso de los educandos, no solo con los procesos académicos sino además con sus  propias vidas.

    Por otra parte los niños están creciendo en la época de los mass media, en el que todo es posible al oprimir un botón, canalera, ojear una revista, y así se tiene  acceso al mundo entero, sin discriminación de ningún tipo de información entre lo constructivo y lo destructivo. Donde el tiempo libre se comparte en hacer parte del mundo de los videos juegos que adoctrina en el “arte” de la violencia, o en pasar horas frente a un televisor, encargado de promover un etilo de vida superficial que dista de la realidad, donde el éxito y la felicidad se encuentran a través del sexo y el consumo desenfrenado y en el que pocas veces se muestra las verdaderas consecuencias de dicho estilo de vida.

    Son precisamente estos niños, quienes engrosan las filas de la escuela, niños que a su corta edad ya experimentan patologías psicológicas como lo son el estrés y la depresión (que contribuye al aumento en las tasas de suicidio), además de altos grados de agresividad y de dificultad para interiorizar las normas que les permitirán desarrollar una grata convivencia indispensable para su desarrollo cognitivo y socio – afectivo.

    Es en este contexto donde aparece en escena el profesional al que  algunas personas parecieran conferir capacidades sobre naturales y poderes mágicos: el Orientador. Un profesional, que por tener en la mayoría de los casos, formación en Psicopedagogía y Psicología, debe comprender a cada uno de los cientos de estudiantes de la Institución Educativa, además de hacerse participe y agente de todos aquellos programas y proyectos en los que se cree que es necesario y que realmente no lo es, restándole tiempo en muchas ocasiones a su quehacer en la escuela.

    Ante tal realidad, en la que se encuentra inmerso el orientador, surge la pregunta ¿Es la orientación tan solo un servicio escolar, un actuar dentro de la escuela, que se limita a recibir remisiones, escuchar y hacer contra referencias y en el mejor de los casos realizar talleres con la comunidad educativa? O en realidad, ¿Es una práctica investigativa  que trasciende los muros de la escuela y que propende por el mejoramiento de la calidad de vida, entendida como la posibilidad del ser humano de vivir y convivir bien?  y ¿ Cuales son las necesidades de formación continuada en investigación social y pedagógica de los Orientadores educativos en ámbitos escolares Latinoamericanos y como atenderlos?.











 

 

 

 

 

 



   La situación socioeconómica que atraviesa Latinoamérica, no esta permitiendo que los niños, niñas y adolescentes crezcan con la compañía apropiada de los adultos que integran sus núcleos familiares, al contrario, cada día las familias se han ido amoldando a estas circunstancias que obligan a los padres y/o madres a pasar más tiempo en sus sitios de trabajo que compartiendo tiempos y espacios con sus hijos, por la necesidad de la sobrevivencia; esto ha provocada que ellos en su soledad se enfrenten  a la ausencia de entornos amables y formativos con relaciones afectivas y positivas y  que por el contrario  sigan modelos como los que se enuncian en los medios de comunicación, se vivencian en la calle, o con los amigos, por ende son estos quienes están cimentando en ocasiones procesos de desarrollo adecuados y en otras  proporcionando desinformación y distorsión de temáticas como lo son: la autoestima, las relaciones sociales, la sexualidad, el uso del tiempo libre, el proyecto de vida, la toma de decisiones, etc.

    Por estas razones se hace necesario mirar a los estudiantes de una forma holística: desde todos los ámbitos y realidades como lo son el aspecto familiar, social, emocional pues la mayoría de veces se ha abordado al estudiante desde los aspectos  psicológicos y cognitivos, dejando de lado la  mirada global (contexto y realidad).

    La educación como derecho tiene la obligación de brindar no solo el acercamiento a la cultura y los conocimientos de la sociedad que se han dado a través de la historia, sino que también debe propender por una formación integral que permita a los estudiantes y sus familias contar con la formación adecuada en valores tanto éticos, estéticos y morales los cuales son las bases sólidas para consolidar un proyecto de vida que le haga frente a las circunstancias y los modelos negativos con los que se enfrentan diariamente los niños, niñas y jóvenes, por ello el servicio de orientación debe pasar de un enfoque clínico, reactivo y escolarizado a un nuevo enfoque humanizador en donde el profesional que ejerce este cargo tenga las capacidades de ser un dinamizador, un puente entre la escuela, la familia y los sectores de la sociedad que tienen obligación de velar por los derechos de todos los menores de edad, con la realización de un trabajo gestor, preventivo e investigativo, que apunte a fortalecer la formación para la vida.

     Hoy en día es relevante la necesidad de continuar con la formación de Orientadores Investigadores, pues estos profesionales son quienes en su diario hacer entienden plenamente que el proceso de enseñanza y aprendizaje, así como la formación integral se da durante toda la vida, pero es especialmente en estas etapas de la niñez y la adolescencia donde es indispensable prevenir, atender y gestionar las necesidades de los estudiantes, para que ellos crezcan con una perspectiva de derechos humanos, la cual  evidencien no sólo en las instituciones educativas, sino también en sus familias, en sus barrios, en sus trabajos, en sus grupos cercanos y como ciudadanos globales transformando positivamente sus entornos.

    Además los Orientadores al desarrollar competencias como investigadores se convierten en  profesionales que lideran  políticas y proyectos  en pro de la comunidad educativa en cuanto a la calidad de vida,  el ejercicio y restablecimiento de los derechos de los niños, niñas y jóvenes.

    Es así, como este trabajo busca fortalecer la formación continuada en investigación social y pedagógica de los Orientadores escolares en Latinoamérica, con miras a la construcción del conocimiento que genere un nuevo enfoque humanizador de la Orientación que contrarreste el enfoque neoliberal en el que se encuentra inmersa la escuela y la sociedad el cual requiere una transformación inmediata en bienestar de la humanidad.


    Pero, a pesar de las transformaciones que surgen con el  pasar del tiempo, se puede observar que la labor del orientador  es necesaria en las instituciones educativas ya que su  gestión se construye constantemente y se adapta a las necesidades que surgen en el contexto, siendo parte fundamental en el proceso educativo en cuanto a prevención, promoción e intervención  en el desarrollo integral del educando.

    Es así, que se hace necesario un nuevo re direccionamiento al concepto de orientación (sub-servicio de la educación prescindible)  y por supuesto a la labor y rol del orientador, en este caso el vinculado al  sistema educativo.

     La orientación escolar debe ser comprendida como un DERECHO, esencial en el proceso educativo, dirigida  a atender a los educandos en cuanto a su desarrollo integral y a la atención de sus necesidades biopsicosociales (autoconocimiento, aceptación y dirección de sí mismo, de acuerdo a sus circunstancias personales, para facilitarle la toma de decisiones de un modo consciente y responsable, el desarrollo equilibrado de su personalidad y su adaptación a la vida social a través de la Investigación escolar. Batías Francisco y Nieto José Miguel, 2000).

    La orientación educativa es un proceso dinámico, de construcción, superación, creación y reflexión de procesos de formación, para que los  educandos  puedan proyectar sus experiencias personales  para fortalecer y transformar su calidad de vida.

    Además de estas actividades desarrolladas en la cotidianidad de la labor es necesario que desde un enfoque histórico hermenéutico la Orientación escolar  trascienda el que hacer diario de su labor  a través de la praxis investigativa educativa, donde el objetivo sea la  comprensión, valoración,  transformación, y cualificación  de la comunidad educativa. Para cumplir con este propósito se hace necesaria la formación continuada en investigación social y pedagógica de los Orientadores escolares.

    Esta investigación educativa  debe suscribirse desde un enfoque socio-crítico humanista, con el fin de interpretar y comprender los fenómenos de la realidad en su contexto natural para proponer y fortalecer el nuevo concepto de orientación educativa bajo una  comprensión heurística de los hechos, haciendo contrapeso al enfoque neoliberal en el que actualmente se encuentra inmersa la educación.

    Es necesario, que las etapas de investigación operen en un proceso de raciocinio inductivo, donde se retroalimenten, se confronten permanentemente y se desarrolle la posibilidad de aplicar categorías científicas para la comprensión y mejoramiento de la investigación en la orientación, partiendo del trabajo colaborativo entre redes.
     La investigación socio-crítica humanista, debe propender por generar  espacios para que los participantes, realicen un proceso de autorreflexión sobe sí mismos, los demás y la situación de la Orientación, adaptando las diferentes subjetividades  valorando el dialogo de saberes y las experiencias vividas, para la comprensión y transformación de la realidad, y a su vez fortaleciendo  la labor y  el afianzamiento del rol del Orientador como investigador.