La orientación educativa en Colombia posee unas bases legales y
jurídicas sustentadas a través de políticas las cuales se han ido modificando a
través del tiempo.
En 1954 con el decreto 3456 del 7 de noviembre se crearon 6 institutos
de estudios psicopedagógicos y de orientación profesional.
En 1968 con el decreto 3157 recibe el nombre de orientación
psicopedagógica con dependencia del bienestar educativo, con la finalidad de
estudiar, analizar y proponer soluciones a los problemas y necesidades en
orientación psicopedagógica en las instituciones educativas y además promover
los programas de orientación.
Con los decretos de 1962 del 20 de noviembre de 1969 y el decreto 363
del 1 de mayo de 1970 implantan la educación diversificada en los cuales
contemplan los servicios de orientación y consejería escolar.
En Julio de 1970 se llevo acabo en Medellín el primer seminario nacional
de orientación y consejería.
En 1974 con la resolución 1084 del 26 de febrero y la 2340 del 5 de
Abril se crea el servicio de orientación y asesoría escolar, y sus funciones
del programa y de los especialistas a los colegios dependientes del Ministerio
de Educación.
El artículo 1 dice: “para ejercer una mejor
presentación del servicio de orientación y asesoría escolar, los
establecimientos educativos oficiales contarán con un asesor por cada 250
estudiantes.
En 1982 con la resolución 12712 se reglamenta la orientación escolar
para los niveles de educación básica y media vocacional y se asignan las
funciones de los orientadores en los planteles educativos. En este mismo año
con la resolución 13342 se establece las funciones de los diferentes
profesionales que laboran en el servicio de orientación, resolución vigente a
la fecha.
En 1984 con el decreto 1002 se establecen los planes de estudio para los
niveles de la educación reafirmando la necesidad de la orientación en estos
procesos. El articulo 10 dice: “la orientación escolar debe facilitar a los
estudiantes la interpretación, integración y proyección de sus experiencias en
función de su desarrollo personal y social. La orientación vocacional, como
parte de la orientación escolar, se debe desarrollar a través de todo el
proceso educativo, facilitando al estudiante el conocimiento de sus actitudes e
intereses, de las necesidades que le ofrece el medio, con el fin que pueda
tomar decisiones responsables sobre su futuro”.
En 1994 la Ley General de Educación, la Ley 115 en el articulo 1 dice que
la educación es “un proceso de formación
permanente, personal, cultural y social, que se fundamenta en una concepción
integral de la persona humana, de su dignidad, de sus derechos y deberes”,
enfocándose en espacios donde el orientador acciona como el pleno derecho de la
personalidad, la formación en el respeto a la vida y a los demás derechos
humanos, la formación para facilitar la participación de todos en las
decisiones, la formación en la práctica de trabajo y la formación para la
promoción y preservación de la salud y la higiene.
En el artículo 7 se rescata la importancia de la familia en el
desarrollo del educando y su obligación de “buscar y recibir orientación sobre
la educación de los hijos”.
En el artículo 13 con los objetivos comunes a todos los niveles de
educación se hace referencia al fomento y formación de un ser integral para la
comunidad y la obligación de prestar el servicio de orientación como lo dice en
el literal F: “desarrollar acciones de orientación escolar, profesional y ocupacional”.
En el artículo 92 hace referencia al desarrollo integral del educando
encaminado por el PEI (Proyecto Educativo Institucional).
En el decreto 1860 en su artículo 40 se reglamenta que “en todos los
establecimientos educativos se prestara un servicio de orientación estudiantil,
que tendrá como objeto general el de contribuir al pleno desarrollo de la
personalidad de los educandos”.
En 1995 con la resolución 1003, en Bogotá los centros de diagnostico y
tratamiento fueron transformados para organizar el “programa de orientación
estudiantil en la educación básica primaria. Aquí se entiende la orientación
como: “el conjunto de acciones pedagógicas y terapéuticas dirigidas a la
prevención, investigación y atención directa desarrollada por los docentes y
profesionales especializados, dirigidas a intervenir el contexto educativo…”
El 23 de Agosto de 2002 con el decreto 1850, en el artículo 6 dice
“todos los directivos docentes y los docentes deben brindar orientación a sus
estudiantes, en forma grupal o individual, con el propósito de contribuir a su
formación integral, sin que la dirección de grupo implique para el docente en
educación básica secundaria y educación media una disminución de su asignación
académica de 22 horas efectivas semanales. No obstante, para apoyar el servicio
de orientación estudiantil, en cumplimiento del artículo 40 del decreto 1860 de
1994 las entidades territoriales certificadas podrán asignar orientadores
escolar a las instituciones educativas según con los criterios que defina el
MEN”.
En el parágrafo 2 dice: “los orientadores escolares cumplirán sus
funciones de apoyo al servicio de orientación estudiantil conforme al horario
que le asigne el rector, el cual será como mínimo de 8 horas diarias en el establecimiento
educativo”.
En respuesta a esto en Abril de 2005
la Mesa de Trabajo de Orientación escolar realizó un documento que tituló: “La
orientación escolar y la política de infancia en Bogotá D.C”, en el cual
definen la orientación escolar en primaria como “el conjunto de acciones
pedagógicas y terapéuticas desarrolladas por los docentes profesionales
especializados, dirigidas a desarrolladas por los docentes profesionales
especializados, dirigidas a atender, prevenir e investigar las necesidades educativas
especiales de alumnos y alumnas en el contexto del proceso educativo de las
instituciones”.
El 23 de Octubre de 2.017, la Ministra de Educación: Yaneth Giha, emite
la Directiva 50, dando orientaciones sobre horarios, funciones y otras disposiciones
para los Docentes Orientadores:



A dicha Directriz, los Orientadores
realizaron el siguiente escrito mostrando su desacuerdo debido a que la
Directriz no da respuesta a sus necesidades:
“El día de ayer cómo es de su conocimiento, se publicó la
Directiva No. 50, que desconoce y
desvirtúa los acuerdos suscritos.
Frente a esta directiva los
Orientadores y Orientadora, como directos implicados y afectados, queremos
poner en su conocimiento los siguientes aspectos que puntualmente nos inquietan
ya que pueden generar confusión, malos entendidos, luchas de poder y hasta
abuso de autoridad por parte de algunos Rectores, afectando negativamente el
clima escolar:
La base de la directiva está en
el decreto 1850 de Agosto 13 de 2002, fundamentando el 1075 y los dos le
dan soporte a la Resolución 15683. El MEN no se sale de ese marco, por
eso la lucha debe apostarle a derogar la Ley 715 y/o el Decreto 1850 ya
demandado y declarado exequible, teniendo en cuenta que está va en contra de la
OIT, ya que está manifiesta que la jornada laboral del trabajador es de MÁXIMO
8 horas y no como se exige en el Decreto 1850, que para nosotros los Docentes
Orientadores debe ser de MÍNIMO 8 horas dentro del colegio, atentando contra
nuestros derechos como trabajadores, además de ir en contra del
derecho de la igualdad al compararse con la jornada laboral de los
Docentes de Aula.
Se hace necesario en aras de la
justa lucha recordar el marco histórico en el que se estableció el
decreto 1850, el cual se generó en un momento en el que se intentaba reducir la
planta de personal del magisterio que llamaron
"racionalización", con lo cual se pensaba bajar costos a la
educación, como siempre buscando invertir menos en educación; motivo por el
cual las y los orientadores ejercimos presión y peleamos porque no se nos
"desapareciera", aunque muchos decidieron pasar a trabajar en
aula (existen testimonios y escritos de quienes estuvimos presentes en esta
organización en Bogotá D.C. principalmente y otros sitios de Colombia).
Por tal motivo en el Decreto
1850 de 2002, se presentaron dos puntos en contra de nuestro ejercicio
profesional:
El primero, fue asignarnos un
horario de 8 horas "presenciales", sin tener en cuenta
bonificación o pago adicional como sí lo hicieron con coordinadores y rectores
más adelante, (este hecho motivó que un buen número de orientadoras se fueran a
trabajar a aula, ya que debido a los sueldos bajos venían trabajando en dos
instituciones). Es de anotar que veníamos trabajando 6 horas presenciales igual
que las y los docentes de aula.
El segundo, fue pretender que
nuestras funciones fueran ejercidas por cualquier docente, con el fin de
asegurarse la futura extinción de la orientación escolar, cosa que a nuestro
parecer es un exabrupto, puesto que las orientadoras por ejemplo, no podríamos
ejercer como docentes de Español, Matemáticas, Sociales... considerando que por
manejar algunos temas, estamos capacitadas para hacerlo sin más. En este
sentido se han cometido errores en la educación, al abrir convocatorias para
que cualquier profesional ejerciera el rol del Orientador, lo cual ya se
ha documentado ha sido un fracaso.
La directiva contradice la
resolución 15683 de 2016 donde se asignan nuestras funciones y las profesiones
avaladas para ejercer la orientación escolar, en ningún momento aparecen
profesiones como licenciaturas en matemáticas, biología, física y matemáticas,
Educación física, etc.
Debido a este Decreto 1850, se
empezó a desconocer nuestro ejercicio profesional, a tal
punto que en la mayoría de convocatorias ni siquiera nos nombraban, pero al
mismo tiempo iniciamos nuestra lucha por el reconocimiento de nuestra profesión
y el trabajo de 6 horas presenciales en aras también de la igualdad, pues
orientadoras y orientadores somos docentes que optamos por carreras de ciencias
humanas específicas para realizar este trabajo en óptimas condiciones.
Por otra parte, muchas
orientadoras y orientadores, no hemos tenido problemas con el horario pues
existen rectores que como colegas y no "jefes" entienden nuestra
situación y se ha venido trabajando de manera armoniosa mitigando el estrés que
genera nuestro trabajo, atendiendo mediaciones como la carta de Abel Rodríguez,
carta sensata sabiendo que el cambio de la ley nos llevaría mucho tiempo y es
que hoy 15 años después no ha habido voluntad política para reformarla, antes
por el contrario, la quieren aplicar al pie de la letra, cosa que nos parece
desconsiderada con el ejercicio profesional de la orientación escolar en estas
épocas tan duras para las familias con que trabajamos y nuestras propias
familias.
Vemos que la motivación
del momento histórico actual de exigir las 8 horas va en vía de implementar la
jornada única, pero esta exige invertir más en educación y no a costa de
nuestro trabajo, el cual debe ser valorado.
2. Consideramos indispensable
que se eliminé el término “mínimo” 6 horas que se expone en el numeral 4, ya
que este término puede dar lugar a que algunos Rectores manifiesten que la
directriz estipula que es mínimo 6 horas, pero que ellos pueden exigir el
tiempo que desean amparándose en el decreto 1850 el cual no ha sido derogado y
exige la presencia de los Orientadores mínimo 8 horas en el colegio.
3. Teniendo en cuenta que ya se
aclara las 6 horas presenciales en la institución de los Orientadores, es
necesario que se modifique la normatividad que no permite que los Orientadores
hagamos horas extras.
4. Es importante redactar mejor
el punto 5 ya que no es comprensible y se presta para múltiples interpretaciones.
Proponemos que para que exista una mejor comprensión y aplicación se
redacte así:
Los rectores, en cuyos colegios
no tengan Orientadores u Orientadoras, podrán mirar en su planta de
personal, los perfiles que están en las normas citadas y pasarle a la
Secretaría de Educación una propuesta de horas extras para
ese fin. Si les aprueban horas extras. Ejemplo: un psicólogo que es
docente de Ética, religión u otra área puede ser candidato. Si es licenciado en
Educación Religiosa no puede asumir horas extras en Orientación, salvo que
tenga postgrado en Orientación. En el Decreto están los perfiles.
También, los rectores podrían
contratar horas extras de docentes para que apoyen la labor del Orientador y
éste pueda alcanzar las metas propuestas, ya que aún no se ha logrado que se
respete el parámetro de 250 estudiantes por Orientador y la labor del
Orientador es más demandante en la actualidad teniendo en cuenta las diversas
problemáticas, lo que hace que aunque se esfuerce no logré cubrir todas las
demandas que se exigen de su servicio.
5. Sugerimos que dentro de las
2 horas no presenciales en la Institución, se realicen reuniones de
equipos de trabajo por UPZ (Unidades de Planeamiento Zonal) para apoyarnos
entre colegios de las iniciativas y propuestas del plan local, hasta ahora
lograr salir para esas reuniones siempre ha sido muy complicado.
Es necesario modificar los PEL (Proyecto
Educativo Local) e introducir temas de interinstitucionalidad en la
Orientación.
6. En la directriz no se
menciona, pero teniendo en cuenta la labor de los Orientadores es indispensable
que se mencionen planes de prevención y atención a la Salud Mental del mismo,
teniendo en cuenta el alto riesgo que su labor le genera.
7. Es importante realizar
trabajo de sensibilización con los Rectores, para que se desacostumbre sin
causar malestar, respecto a funciones de gestión administrativa que de
buena fe se asumieron, pero que no son principales ni sustanciales ni se
inscriban en el objetivo general de la Orientación estudiantil, contenido en el
Art. 40 del Decreto 1860.
Además es estrictamente
necesario que en la directriz también se especifique que la labor de repartir
refrigerios no hace parte de las funciones del Orientador, ni de ningún Docente
ya que su contratación es para ejercer labores pedagógicas, por esta razón se
hace indispensable contratar una figura dentro de las Instituciones que se
encargue de la distribución de los refrigerios y del apoyo en los comedores a
fin de no sobrecargar a ningún Docente en su labor y además evitar caer en el
delito de peculado por función.
Finalmente, necesaria la
sensibilización y concienciación por parte de la SED hacia el Rector sobre las
6 horas adentro.
Agradecemos su atención y todo
el apoyo que puedan darnos frente a las necesarias modificaciones que se puedan
realizar a la Directiva, en la búsqueda que a futuro se convierta en una
resolución que reivindique la labor de los Orientadores.
Cordialmente:
Orientadores y Orientadoras
SED. “
En la actualidad, las redes locales, la mesa distrital, los Congresos de Orientadores, la Red
Distrital de Docentes Orientadores/as Investigadores OrientaReddi y la Revista
Latinoamericana de Investigación OrientAcción, han socializado experiencias en cuanto al
trabajo real interno que hace cada orientador y orientadora dentro de las instituciones educativas
distritales, esto ha proporcionado la posibilidad de reflexionar sobre su
quehacer, la importancia del trabajo intra, inter – institucional e intersectorial
y el rol que estos profesionales han
venido desempeñando en el pasado y en el presente, al igual que la búsqueda del
reconocimiento de los derechos de los Orientadores.
Además la Universidad Pedagógica Nacional, siendo una institución
encargada de la formación de licenciados en educación, cuenta con “la
investigación como un eje articulador de las acciones pedagógicas y en el
espacio de cualificación del sujeto, tanto desde el punto de vista individual
como colectivo en la producción de conocimiento desde la diversidad de las
prácticas educativas contemporáneas”, por ello las investigaciones están
enfocadas en reflexionar, problematizar, intervenir y transformar las
realidades educativas y pedagógicas de los contextos los cuales proporcionan
cambios sociales históricos; sin embargo el departamento de Psicopedagogía
encargado de formar a los futuros Orientadores ha cambiado su enfoque
desapareciendo la Licenciatura en Psicología y Pedagogía reorientándolo en un
enfoque especifico como lo es la Licenciatura en Pedagogía y la formación en
Orientación se prestara como una especialización.
En la actualidad, en el contexto
colombiano de la orientación educativa se comparte la orientación grupal con
los maestros directores de grupo (Decreto 1850/02), hay nuevas disposiciones
para los orientadores en las instituciones (Decreto 3020/02), y ya no se
entiende la orientación como un trabajo individual de oficina, sino como una
labor interdisciplinar que puede dar alternativas de solución a problemáticas
al interior de cada institución escolar (Campo Elías Burgos, 1985).
En estos momentos, los servicios
de orientación escolar, están avocados a construir sus prácticas
pedagógicas a partir de situaciones
como: Inadecuados patrones de crianza por parte de la familia, conflictos en el
ambiente escolar, la influencia de los mass medias y el bajo ingreso per cápita
familiar (falta de equidad social).
Anteriormente,
los niños tenían la posibilidad de crecer en familias extensas, y esto
facilitaba que ellos contaran posiblemente con mejor y mayor cuidado, y por
ende tuvieran un desarrollo adecuado de su personalidad, alcanzando una sana
madurez. Sin embargo hoy en día, diversos factores contribuyen a que los niños
estén creciendo en ambientes de conflicto y estrés. Entre ellos, que los
patrones de crianza con los que están siendo formados, no se ajusten a
los procesos de socialización y convivencia que se hacen necesarios en un mundo
cambiante, en el cual los padres
comparten menos tiempo con sus hijos y en especial las madres que han tenido
que salir de casa a trabajar (doblándose entre jornada laboral y doméstica) , teniendo
que someterse al modelo capitalista para subsistir en la sociedad; enseñando a sus hijos en
ocasiones de forma inconsciente, que el mayor valor que se puede y se debe
adquirir en esta vida es el dinero, sin importar las acciones que se asuman
para conseguirlo.
Por otro lado, los conflictos que enfrentan los infantes al ingresar a
la escuela, donde se les demanda valores tales como el amor, respeto,
tolerancia, entre otros, entran en conflictos con algunos hogares donde dichos
valores no se practican en lo cotidiano
y además irónicamente en
ocasiones tampoco los reciben en la práctica aunque si en la teoría de algunos maestros
que los demandan de ellos. Además, la convivencia con sus compañeros, aunque
aporta en el desarrollo de su personalidad, en ocasiones se ve alterada por el
matoneo, al que ya muchos se han acostumbrado, al interiorizar la violencia que
recibe de los diferentes contextos en que se desarrollan, y que ha terminado
por asimilarse a los imaginarios que hacen parte de la cotidianidad de sus
vidas.
Otro factor que contribuye a dicha problemática, es que la escuela es un
modelo a escala de la sociedad, afectada por políticas neoliberales que desde el Estado, apuntan a la
homogenización, visibilizando a los
niños como iguales independiente de sus condiciones y contextos, preocupándose
exclusivamente de capacitar para el
mundo del trabajo ( sin tener en cuenta individualidades ni vocacionalidades)
lejos de formar para que hagan parte de una sociedad de conocimiento, desconociendo
dimensiones indispensables para la formación de futuros ciudadanos globales,
comprometidos y participes de las transformaciones sociales.
Es así que una
institucionalización descontextualizada, por ejemplo: normas de promoción
y evaluación (Decreto 230), originan un estado de desesperanza en la escuela,
por un lado, los estudiantes que no encuentran motivación en el aprender y promoverse académicamente, ya que estudiar
o no estudiar desde las concepciones de los estudiantes no tiene sentido si “igual
se va a pasar”. Por otro lado los maestros que preparan y organizan
su clase se enfrentan a la desmotivación y falta de compromiso de los
educandos, no solo con los procesos académicos sino además con sus propias vidas.
Por otra parte los niños están creciendo en la época de los mass media,
en el que todo es posible al oprimir un botón, canalera, ojear una revista, y
así se tiene acceso al mundo entero, sin
discriminación de ningún tipo de información entre lo constructivo y lo
destructivo. Donde el tiempo libre se comparte en hacer parte del mundo de los
videos juegos que adoctrina en el “arte” de la violencia, o en pasar horas
frente a un televisor, encargado de promover un etilo de vida superficial que
dista de la realidad, donde el éxito y la felicidad se encuentran a través del
sexo y el consumo desenfrenado y en el que pocas veces se muestra las
verdaderas consecuencias de dicho estilo de vida.
Son precisamente estos niños, quienes engrosan las filas de la escuela,
niños que a su corta edad ya experimentan patologías psicológicas como lo son
el estrés y la depresión (que contribuye al aumento en las tasas de suicidio),
además de altos grados de agresividad y de dificultad para interiorizar las
normas que les permitirán desarrollar una grata convivencia indispensable para
su desarrollo cognitivo y socio – afectivo.
Es en este contexto donde aparece en escena
el profesional al que algunas personas
parecieran conferir capacidades sobre naturales y poderes mágicos: el
Orientador. Un profesional, que por tener en la mayoría de los casos, formación
en Psicopedagogía y Psicología, debe comprender a cada uno de los cientos de
estudiantes de la Institución Educativa, además de hacerse participe y agente
de todos aquellos programas y proyectos en los que se cree que es necesario y
que realmente no lo es, restándole tiempo en muchas ocasiones a su quehacer en
la escuela.
Ante tal realidad, en la que se encuentra inmerso el orientador, surge
la pregunta ¿Es la orientación tan solo un servicio escolar, un actuar dentro
de la escuela, que se limita a recibir remisiones, escuchar y hacer contra
referencias y en el mejor de los casos realizar talleres con la comunidad
educativa? O en realidad, ¿Es una práctica investigativa que trasciende los muros de la escuela y que
propende por el mejoramiento de la calidad de vida, entendida como la
posibilidad del ser humano de vivir y convivir bien? y ¿ Cuales son las necesidades de formación
continuada en investigación social y pedagógica de los Orientadores educativos
en ámbitos escolares Latinoamericanos y como atenderlos?.
La situación socioeconómica que atraviesa Latinoamérica, no esta
permitiendo que los niños, niñas y adolescentes crezcan con la compañía
apropiada de los adultos que integran sus núcleos familiares, al contrario,
cada día las familias se han ido amoldando a estas circunstancias que obligan a
los padres y/o madres a pasar más tiempo en sus sitios de trabajo que
compartiendo tiempos y espacios con sus hijos, por la necesidad de la
sobrevivencia; esto ha provocada que ellos en su soledad se enfrenten a la ausencia de entornos amables y
formativos con relaciones afectivas y positivas y que por el contrario sigan modelos como los que se enuncian en los
medios de comunicación, se vivencian en la calle, o con los amigos, por ende
son estos quienes están cimentando en ocasiones procesos de desarrollo
adecuados y en otras proporcionando
desinformación y distorsión de temáticas como lo son: la autoestima, las
relaciones sociales, la sexualidad, el uso del tiempo libre, el proyecto de
vida, la toma de decisiones, etc.
Por estas razones se hace necesario mirar a los estudiantes de una forma
holística: desde todos los ámbitos y realidades como lo son el aspecto
familiar, social, emocional pues la mayoría de veces se ha abordado al
estudiante desde los aspectos psicológicos y cognitivos, dejando de lado la mirada global (contexto y realidad).
La educación como derecho tiene la obligación de brindar no solo el
acercamiento a la cultura y los conocimientos de la sociedad que se han dado a
través de la historia, sino que también debe propender por una formación
integral que permita a los estudiantes y sus familias contar con la formación
adecuada en valores tanto éticos, estéticos y morales los cuales son las bases
sólidas para consolidar un proyecto de vida que le haga frente a las
circunstancias y los modelos negativos con los que se enfrentan diariamente los
niños, niñas y jóvenes, por ello el servicio de orientación debe pasar de un
enfoque clínico, reactivo y escolarizado a un nuevo enfoque humanizador en
donde el profesional que ejerce este cargo tenga las capacidades de ser un
dinamizador, un puente entre la escuela, la familia y los sectores de la
sociedad que tienen obligación de velar por los derechos de todos los menores
de edad, con la realización de un trabajo gestor, preventivo e investigativo,
que apunte a fortalecer la formación para la vida.
Hoy en día es relevante la necesidad de continuar con la formación de
Orientadores Investigadores, pues estos profesionales son quienes en su diario
hacer entienden plenamente que el proceso de enseñanza y aprendizaje, así como
la formación integral se da durante toda la vida, pero es especialmente en
estas etapas de la niñez y la adolescencia donde es indispensable prevenir, atender
y gestionar las necesidades de los estudiantes, para que ellos crezcan con una
perspectiva de derechos humanos, la cual evidencien no sólo en las instituciones
educativas, sino también en sus familias, en sus barrios, en sus trabajos, en
sus grupos cercanos y como ciudadanos globales transformando positivamente sus
entornos.
Además los Orientadores al desarrollar competencias como investigadores
se convierten en profesionales que
lideran políticas y proyectos en pro de la comunidad educativa en cuanto a
la calidad de vida, el ejercicio y
restablecimiento de los derechos de los niños, niñas y jóvenes.
Es así, como este trabajo busca fortalecer la formación continuada en
investigación social y pedagógica de los Orientadores escolares en
Latinoamérica, con miras a la construcción del conocimiento que genere un nuevo
enfoque humanizador de la Orientación que contrarreste el enfoque neoliberal en
el que se encuentra inmersa la escuela y la sociedad el cual requiere una
transformación inmediata en bienestar de la humanidad.
Pero, a pesar de las transformaciones que surgen con el pasar del tiempo, se puede observar que la
labor del orientador es necesaria en las
instituciones educativas ya que su
gestión se construye constantemente y se adapta a las necesidades que
surgen en el contexto, siendo parte fundamental en el proceso educativo en
cuanto a prevención, promoción e intervención
en el desarrollo integral del educando.
Es así, que se hace necesario un nuevo re direccionamiento al concepto
de orientación (sub-servicio de la educación prescindible) y por supuesto a la labor y rol del
orientador, en este caso el vinculado al sistema educativo.
La orientación escolar debe ser comprendida como un DERECHO, esencial en
el proceso educativo, dirigida a atender
a los educandos en cuanto a su desarrollo integral y a la atención de sus
necesidades biopsicosociales (autoconocimiento, aceptación y dirección de sí
mismo, de acuerdo a sus circunstancias personales, para facilitarle la toma de
decisiones de un modo consciente y responsable, el desarrollo equilibrado de su
personalidad y su adaptación a la vida social a través de la Investigación
escolar. Batías Francisco y Nieto José Miguel, 2000).
La orientación educativa es un proceso dinámico, de construcción,
superación, creación y reflexión de procesos de formación, para que los educandos
puedan proyectar sus experiencias personales para fortalecer y transformar su calidad de
vida.
Además de estas actividades desarrolladas en la cotidianidad de la labor
es necesario que desde un enfoque histórico hermenéutico la Orientación escolar
trascienda el que hacer diario de su
labor a través de la praxis
investigativa educativa, donde el objetivo sea la comprensión, valoración, transformación, y cualificación de la comunidad educativa. Para cumplir con
este propósito se hace necesaria la formación continuada en investigación
social y pedagógica de los Orientadores escolares.
Esta investigación educativa debe
suscribirse desde un enfoque socio-crítico humanista, con el fin de interpretar
y comprender los fenómenos de la realidad en su contexto natural para proponer
y fortalecer el nuevo concepto de orientación educativa bajo una comprensión heurística de los hechos,
haciendo contrapeso al enfoque neoliberal en el que actualmente se encuentra
inmersa la educación.
Es necesario, que las etapas de investigación operen en un proceso de
raciocinio inductivo, donde se retroalimenten, se confronten permanentemente y
se desarrolle la posibilidad de aplicar categorías científicas para la
comprensión y mejoramiento de la investigación en la orientación, partiendo del
trabajo colaborativo entre redes.
La investigación socio-crítica
humanista, debe propender por generar espacios para que los participantes, realicen
un proceso de autorreflexión sobe sí mismos, los demás y la situación de la
Orientación, adaptando las diferentes subjetividades valorando el dialogo de saberes y las
experiencias vividas, para la comprensión y transformación de la realidad, y a
su vez fortaleciendo la labor y el afianzamiento del rol del Orientador como
investigador.